Octubre Rosa: Cuando el cuerpo pide lo que el currículum no dice.

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¿Y si el trabajo ideal no fuera el que más te inspira, sino el que más te cuida?

Vivimos en una era donde el trabajo se ha convertido en el centro de nuestras aspiraciones.

Buscamos propósito, plenitud, reconocimiento… y muchas veces, felicidad. Pero en esta búsqueda, ¿no estaremos olvidando algo esencial?

Octubre, mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama, nos recuerda que la salud no espera. Que mientras perseguimos el “trabajo soñado”, con frecuencia postergamos lo más importante: cuidarnos.

La paradoja de la felicidad laboral

En mi experiencia como headhunter especializada en posiciones ejecutivas, he visto cómo la narrativa de “encuentra tu pasión” puede convertirse en una trampa. Profesionales brillantes cambian de empleo buscando plenitud, sin detenerse a valorar lo que ya tienen.

Otros, por miedo a perder oportunidades, ignoran señales claras de agotamiento, estrés o desequilibrio.

La felicidad laboral es importante, sí. Pero no es un estado absoluto ni una promesa que el trabajo pueda cumplir por sí solo. Es una práctica que también incluye salud, relaciones, descanso y propósito. Y eso no siempre aparece en la descripción de un puesto.

Lo que dicen los datos

● Según Gallup, el bajo compromiso laboral le cuesta a la economía global más de 8.9 billones de dólares en pérdida de productividad.

● En México, 8 de cada 10 colaboradores se declaran felices en su trabajo, aunque la cifra varía según la generación y el nivel de estrés.

● La Organización Mundial de la Salud estima que 1 de cada 12 mujeres en América Latina será diagnosticada con cáncer de mama en algún momento de su vida.

Entonces, ¿y si el verdadero trabajo ideal fuera aquel que te permite vivir… y vivir bien?

Antes de renunciar, revisa tus motivadores… y tu saludMuchos profesionales viven en un estado de “añoranza laboral”: desean otro empleo, otra cultura, otro jefe… sin hacer un análisis profundo de los pros y contras de su situación actual. Antes de tomar decisiones importantes, pregúntate:

● ¿Qué me motiva realmente?

● ¿Estoy buscando huir de algo o construir algo nuevo?

● ¿Estoy cuidando mi salud física y emocional?

● ¿He normalizado el estrés como parte del éxito?

Porque ningún nuevo empleo compensa una salud deteriorada o una felicidad mal entendida.

Qué podemos hacer como líderes y profesionales

● Promover culturas laborales que respeten el tiempo personal y la salud preventiva.

● Incluir campañas de salud emocional y física como parte de la estrategia de talento.

● Como individuos, agendar nuestros chequeos médicos con la misma prioridad que una junta de negocios.

● Redefinir el éxito como un equilibrio entre impacto profesional y bienestar personal.

Este Octubre Rosa, más allá de vestirnos de rosa, hagamos espacio para la reflexión. Que la búsqueda de la felicidad no nos cueste la salud. Que el trabajo sea parte de la vida, no el centro de ella.

Y si estás en un momento de cambio profesional, antes de tomar decisiones, haz una pausa. Escucha tu cuerpo. Revisa tus motivadores. Porque el mejor empleo es aquel que te permite vivir… y vivir bien.


Antes de renunciar, revisa tus motivadores… y tu salud